En el difamado "paganismo" de la religión primordial pre-romana del continente europeo, vino de los pueblos del Norte una misteriosa alta tecnología 'espiritual'. Observadores de la Naturaleza, los Magos / Sacerdotes Celtas, que cultuaban a sus dioses y diosas en los claros de grandes bosques con árboles milenarias, alrededor del Fuego Sagrado, con sus hierbas curativas, porciones mágicas psicodélicas, invocaciones solemnes, han dejado una marca imborrable en la tradición de sabiduría de la aventura divina en condición humana.
Entre otras percepciones tradicionales que transformaban en enseñanzas sagradas, tuvieran poderes naturales/sobrenaturales tan avanzados, que descubrieran secretos de la naturaleza todavía "perdidos en el tiempo", con intuiciones y ampliaciones de consciencia en saltos cuánticos aún sin desvelarse o sin superarlos en la modernidad.
Sin la tecnología actual, poseían tecnologías energéticas muy avanzadas, de modo a penetrar en la Mente Cósmica y transcribir sus códigos sagrados.
Así, sin satélites o aparatos de observación atómica, descubrieran y armonizaran a sus pueblos con el conocimiento holístico más avanzado del Cósmos hasta el microcosmos. Entendieran por ejemplo los patrones de armonía cristalinos que captaran en su Psicosíntesis 'mágica', conformando no sólo la formación de muy numerosas Galáxias en espiral, si no hasta las estructuras microscópicas del agua cristalina, como una clave de identidad humana cuyo símbolo de síntesis, el Triskel, se reproducía desde los magnetismos de la Tierra, a las corrientes marítimas huracanadas, y así hasta las mismas estructuras del agua en el cuerpo humano.
Adoptaran este símbolo sagrado como su Gran Inmantador, Irradiador de los poderes de la mente/espíritu, como Clave de su Identidad Cósmica y consecuente parentesco con los dioses y diosas de la Creación.
Conocían los seres elementales de los bosques, los ríos, del aire, el fuego, el agua y la tierra, hasta la quintaesencia de la Piedra Filosofal.
En comparación con los sabios celtas, los guerreros invasores de la civilización romana que al final los absorbió, eran los verdaderos "bárbaros". Por más adelantada fuera su cultura cesárea triunfal, con sus grandes realizaciones civilizacionales, los ejércitos y ciudadanos romanos nunca pudieran "entender" los Celtas.
Pero tuvieran la nobleza de respetarlos, y en la medida de lo posible pues los célticos poseían guerreros temibles, una vez conquistados, se les dejó en paz con sus "viejas creencias" y "cultos mistéricos" política y militarmente sometidos pero libres en el Norte europeo.
Mucha más información sobre el Triskel y los magos Celtas, encontraréis entre los libros de Gemosofía del Curso Piedra Filosofal, en la Enciclopedia Gemosófica Cristaloterapéutica Ho9lística, que 'empiezan' a estar disponibles en formato de e-books retransmisores de los conocimientos iniciáticos y el Espíritu de la Tradición Mineral Cristalina, gran deudora y heredera de los Sabios Celtas que escribieron partes fundamentales de nuestro sistema filosófico y espiritual terapéutico, como Grandes Maestros Conocedores del Mundo Mineral en su más amplio espectro.
En el difamado "paganismo" de la religión primordial pre-romana del continente europeo, vino de los pueblos del Norte una misteriosa alta tecnología 'espiritual'. Observadores de la Naturaleza, los Magos / Sacerdotes Celtas, que cultuaban a sus dioses y diosas en los claros de grandes bosques con árboles milenarias, alrededor del Fuego Sagrado, con sus hierbas curativas, porciones mágicas psicodélicas, invocaciones solemnes, han dejado una marca imborrable en la tradición de sabiduría de la aventura divina en condición humana.
ResponderEliminarEntre otras percepciones tradicionales que transformaban en enseñanzas sagradas, tuvieran poderes naturales/sobrenaturales tan avanzados, que descubrieran secretos de la naturaleza todavía "perdidos en el tiempo", con intuiciones y ampliaciones de consciencia en saltos cuánticos aún sin desvelarse o sin superarlos en la modernidad.
Sin la tecnología actual, poseían tecnologías energéticas muy avanzadas, de modo a penetrar en la Mente Cósmica y transcribir sus códigos sagrados.
Así, sin satélites o aparatos de observación atómica, descubrieran y armonizaran a sus pueblos con el conocimiento holístico más avanzado del Cósmos hasta el microcosmos. Entendieran por ejemplo los patrones de armonía cristalinos que captaran en su Psicosíntesis 'mágica', conformando no sólo la formación de muy numerosas Galáxias en espiral, si no hasta las estructuras microscópicas del agua cristalina, como una clave de identidad humana cuyo símbolo de síntesis, el Triskel, se reproducía desde los magnetismos de la Tierra, a las corrientes marítimas huracanadas, y así hasta las mismas estructuras del agua en el cuerpo humano.
Adoptaran este símbolo sagrado como su Gran Inmantador, Irradiador de los poderes de la mente/espíritu, como Clave de su Identidad Cósmica y consecuente parentesco con los dioses y diosas de la Creación.
Conocían los seres elementales de los bosques, los ríos, del aire, el fuego, el agua y la tierra, hasta la quintaesencia de la Piedra Filosofal.
En comparación con los sabios celtas, los guerreros invasores de la civilización romana que al final los absorbió, eran los verdaderos "bárbaros". Por más adelantada fuera su cultura cesárea triunfal, con sus grandes realizaciones civilizacionales, los ejércitos y ciudadanos romanos nunca pudieran "entender" los Celtas.
Pero tuvieran la nobleza de respetarlos, y en la medida de lo posible pues los célticos poseían guerreros temibles, una vez conquistados, se les dejó en paz con sus "viejas creencias" y "cultos mistéricos" política y militarmente sometidos pero libres en el Norte europeo.
Mucha más información sobre el Triskel y los magos Celtas, encontraréis entre los libros de Gemosofía del Curso Piedra Filosofal, en la Enciclopedia Gemosófica Cristaloterapéutica Ho9lística, que 'empiezan' a estar disponibles en formato de e-books retransmisores de los conocimientos iniciáticos y el Espíritu de la Tradición Mineral Cristalina, gran deudora y heredera de los Sabios Celtas que escribieron partes fundamentales de nuestro sistema filosófico y espiritual terapéutico, como Grandes Maestros Conocedores del Mundo Mineral en su más amplio espectro.